jueves, noviembre 11, 2004

Condena

Y cuando quieres darte cuenta, tu mente se encuentra demasiado espesa para pensar. El frío asfalto esta magullando tu piel desnuda y la opresión de tu pecho te impide respirar con normalidad.
El estridente y continuo murmullo que hay a tu alrededor perfora tus oídos y penetra hasta el centro de tu cerebro sin previo aviso.
Intentas moverte sin éxito y tragas saliva áspera que te desgarra la garganta y te deja un desagradable sabor a metal. Entreabres los ojos y la luz te daña la pupila haciéndola llorar. Ves el mundo al revés y tus sentidos se confunden. Miras a tu alrededor y las lágrimas empiezan a surcarte las mejillas…
Tu mundo reducido a una silla de ruedas.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

El hecho de que sufras un accidente, ya sea de trafico, laboral o del tipo que sea y por suerte salgas vivo de él, aunque sea en un estado menos favorecedor del que tenias antes que ocurriera, deberiamos dar gracias de seguir ahí, y seguir luchando por algo que nos premiaron al nacer, la vida. Aunque, eso si, cada uno es libre de gobernarla a su antojo y decidir el seguir o no en ella. Un buen ejemplo, Ramón Sampedro. Vivir asi no es vivir.

5:36 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home

buscadores
Free counter foros