lunes, abril 25, 2005

Prolongando el sufrimiento

Prolongué tu sufrimiento. Conseguí adentrarme en tus pensamientos, exprimir cada una de tus células hasta la saciedad. Caíste casi por descuido en una telaraña diseñada especialmente para ese fin. Una trampa magistralmente confeccionada.
Ahora pagas por romperme el corazón, por hacer que se destruyera en mil añicos que poco a poco han ido clavándose en mis pulmones, adentrándose por entre mis costillas. Una hemorragia interna que emerge desde mi alma y se asoma por mi oídos.
Cada gota que derramé se ha convertido en tu agonía. Cada latido del malgastado corazón se ha convertido en palabras de súplicas que emanan de tu boca, a borbotones, a destiempo.
Saber que se va a morir, no resulta placentero, ¿verdad? Morir en vida, no es mucho mejor. Te deleitabas viendo como agonizaba por cada uno de tus besos, por caricias regaladas casi por obligación. Tus ojos disfrutaban al verme arrastrar tras tus pasos cual rata famélica en busca de algo que comer. Tu eras mi alimento.
Tus lágrimas caen en el pozo sin fondo de mi razón, en el oscuro túnel de mi cordura olvidada.
Indefensa. Ya no despiertas mi lujuria.
Tus manos empiezan a entumecerse, las marcas de tus muñecas han pasado del rojo intenso al negro más oscuro debido a la presión de unas cuerdas demasiado ajustadas. Tus huesos forman extraños dibujos bajo el manojo de carne que es ahora tu cuerpo. La escasez de alimento deforma la materia orgánica. La luz daña tus ojos, pero no importa, me gusta contemplar como expiras las últimas bocanadas del aire que escasea en esta, tu última habitación.
Tu delirio te ha llevado al abandono.
Si mi amor, moriremos juntos, como siempre debió ser. Voy a dejar que contemples como mi sangre ensucia tu cuerpo, como el hedor de mi cuerpo putrefacto te invita a seguirme. Como mi descomposición hará que desees morir.
Ya es tarde para los miles de perdones que no puedes pronunciar, para borrar los recuerdos de una memoria intacta. Ni siquiera puedo sentir como el cuchillo corta mis venas, como el filo se abre paso entre la carne. Como el suelo, se tiñe de vida. ¿Puedes escuchar como gotea mi alma? La luz desaparece, como tu y yo, amor. Solo dos puntos en el horizonte de una vida.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Escribes de maravilla, ¿de dónde eres? que misterio de mujer, es increíble que fluidez de palabra, que ritmo, da gusto leerte, aunque el tema de hoy linda casi con los peligrosos abismos.
Muchas gracias, ya te he añadido a mis feeds. Si no tienes uno te aconsejo feedmania.com es en español, es muy útil porque te avisa cuando alguien hace un nuevo post, solo tienes que pinchar en el XML copiar la direccion que aparece en el navegador y pegarla en añadir suscripciones, aunque igual ya sabes como va. Un beso.

10:02 p. m.  
Blogger Nesk said...

Gracias de nuevo, el niño. Un placer tenerte por aqui.
Todo misterio tiene su encanto.
Cualquier abismo pierde su nombre cuando es la palabra quien le toca.

10:12 p. m.  

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